
Típico. Estuviste toda tu infancia queriendo entrar en el grupo sin éxito y tu futuro más prometedor es el de ser monja del colegio al que asistís. Esa es tu máxima aspiración. Y de buenas a primeras caigo yo y entro casi sin golpear. Uff… no debe ser excesivamente agradable. Pero es así, la vida es injusta. Y algunas adolescentes, también lo somos.
Vale aclarar qe es totalmente literal..
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