SOBRIA NO TE PUEDO NI HABLAR, ESTOY PERDIDA SIN MI ESTUPIDÉZ..

sábado, 5 de septiembre de 2009

Quiero que me ames, también. Y que me salves. Una sola palabra hubiese bastado para salvarme. Una sola. Una llamada, una caricia, algo. Un indicio de preocupación, de que te importaba. De que querías que siguiera viva. Pero hiciste oídos sordos, te hiciste a un lado. No me escuchaste.