SOBRIA NO TE PUEDO NI HABLAR, ESTOY PERDIDA SIN MI ESTUPIDÉZ..

viernes, 4 de diciembre de 2009

Aunque habíamos prometido no hacerlo, terminamos yendo a un cuarto de hotel. No era algo que pudiésemos decidir, vernos y no tener sexo estaba lejos de nuestra imaginación más remota. A partir de aquel día de abril, éramos adictos uno al sexo el del otro, era exageradamente placentero tocarnos y poseernos, por eso no era una opción dejar pasar la oportunidad. No era opción.

Eliminar formato de la selección

No quiero que pienses que sos todo en mi vida, no quiero que te des cuenta.

Pero ¿Cómo hago cuando estoy sola en mi casa y tengo ganas de abrazarte? ¿Qué hago cuando siento que no te intereso nada? ¿Cómo hago? ¿Cómo hago cuando sé que sos todo lo que tengo?

Que me haga cuidado de esa manera, es lo único que le agradezco incansablemente. No sé cómo hubiera sido con otra persona, quizás menos trágico y con seguridad menos placentero, pero con él tuve la sensación de estar segura, de estar como en ningún otro lado. Querida, amada, respetada
No fue muy difícil enamorarme de él, era todo lo que yo quería, lo que necesitaba en ese momento y quizás lo que había necesitado toda la vida,.

Seguía en mi cabeza. Lo perseguía lo buscaba, me escondía, llamaba por teléfono y cortaba. Me sentía necesitada: de su voz, de sus palabras silenciosas, de sus miradas. De mis inventos. De eso vivía: del timbre que le había atribuido a la su voz, de la personalidad que le compré, de un futuro ideal juntos...



Nos veíamos y teníamos que tocarnos, hacernos el amor indefinidamente, sin tiempo, sin lugar, sin porqués. Una atracción que jamás desarrollé con otra persona y que sé que él tampoco pudo experimentar.


miércoles, 2 de diciembre de 2009