Él: Hola (con tono sexy)
Yo: Hoolaa!! (Con tono de estúpida enamorada) ¿Cómo estas mi amor?
Él: Muy bien, vos? Que hacías?
Yo: Nada acá..
Él: Que? Qué te pasa?
Yo: Te extraño, eso pasa (elevando el tono)
Él: Jaja, que loca que sos...
Yo: si, pero te extraño
Él: Bueno, que estas haciendo ahora?
Yo: Nada, por irme a acostar, estoy aburrida
Él: Bueno, en quince te paso a buscar...
Yo: Bueno, te espero afuera...
Sensación de alivio, ganas de seguir viviendo, sentirse realmente feliz. Viva. Lúcida, mejor que nunca. Esa sensación de verlo, que me alegra la vida. Lo feo llega a la semana, semana y media, cuando no te llama, ni te manda mensajes, ni te contesta muy animado por chat, es ahí cuando vos te cansas, decís basta, nunca más.. Lloras, sensación de desesperación, de no poder vivir sin él. Dos días pasan (después de la semana y media, dos semanas sin que demuestre interés por vos), sentís que lo mejor es dejarlo, que no podes seguir más en la misma situación exasperante. Te enojas, le hablas obvio, pero con respuestas frías, así él se da cuenta que algo pasa. Y ahí es cuando te vuelve a llamar, y otra vez el circulo vicioso. Ahora, lo increíble es que una ya sabe su modus operandi, pero aun así volves a él, porque crees que taal vez pueda quererte un poquito y engancharse con vos, aunque realmente sabes que es IMPOSIBLE... Porque te lo hizo una, y mil veces (sin exagerar) lo ves y por poco te sentís la mujer de su vida, pero después, cuando pasas semanas sin verlo te das cuenta que en realidad no sos importante en su vida, al menos no te lo hace notar.
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